En pleno verano, la antigua ciudad de Lhasa ostenta un paisaje pintoresco y un clima fresco y encantador, cuyos ciudadanos de diversas etnias se sumergen en una atmósfera de fiesta.
Por la ma?ana del 4 de agosto, en el Parque Zongjiaolukang, bajo un sol tibio, ante un agua cristalina y al soplo leve de una brisa ligera, los residentes de todas las etnias de Lhasa cantaban y bailaban, dando comienzo al tradicional festival de Sh?tun que se celebra una vez al a?o.
“Bajo la dirección del Partido Comunista de China, la vida amarga se vuelve cada día más dulce”, esto constituye la común voz del corazón de todas las personas de esta ciudad durante los últimos 40 a?os, quienes, en una buena ocasión como ésta de “celebración del Festival de Sh?tun”, ?cómo pueden contenerse para no cantar?
El baile interpretado por unos vivos y simpáticos ni?os de la Escuela Primaria Quxue de Chengguan expone los talentos multifacéticos y el sano desarrollo de los jóvenes tibetanos; la danza conjunta Días Dichosos y el Xiangsheng (narración humorística) Bienvenidos al Campo describen la feliz vida de los locales de Lhasa y, el solo Ruta Celestial expresa el júbilo del pueblo tibetano por la culminación del tendido del ferrocarril Qinghai-Tíbet.
Según se dice Long Ri, actor del Duixie (una forma popular de cantos y danzas folklóricos de Tíbet) Canto al Palacio Potala, en la fiesta, los lugare?os parecen vivir en un mar de alegría. En las futuras actividades para festejar el 40 aniversario de la Región Autónoma del Tíbet, él va a tocar con mayor emoción la guitarra para celebrar este día inolvidable.
Una anciana de 78 a?os y su pareja, sosteniéndose mutuamente de brazo, vinieron para presenciar los espectáculos. Los dos manifestaron que las magníficas actuaciones les permitieron percibir de antemano una fuerte atmósfera de celebración, y expresaron su deseo de ver un Lhasa cada día más bello y próspero.
(19/08/2005, CIIC)