La mayor parte de los chinos recuerdan haber escuchado la historia romántica en Qixi, o séptima fiesta lunar, ya que cae el séptimo día del séptimo mes lunar (habitualmente a principios de agosto).
Tal como cuenta la historia, había un pastor, Niulang, que se enamoró de Zhinu, la más bella y hábil de las hadas costureras. Poco después se casaron y tuvieron un hijo y una hija y su vida feliz se convirtió en un ejemplo para muchos en China.
Sin embargo, a los ojos del emperador de jade, la suprema divinidad del Taoísmo, la boda entre un mortal y una hada era algo estrictamente prohibido, por lo que mandó a la emperatriz que fuese a buscar a Zhinu.
Niulang se desesperó cuando supo que Zhinu había vuelto al cielo. Puso a sus dos hijos en cestos sujetos al extremo de una vara y con ellos cargados al hombro salió a la búsqueda de la emperatriz.
La persecución irritó a la emperatriz, que tomó su aguja para el pelo y rasgó el cielo creando la Vía Láctea para separar al marido de su esposa.
Pero no todo estaba perdido, porqué magpies, conmovido por su amor y su devoción creó un puente entre la Vía Láctea para poder reunir a la familia. Incluso el emperador se conmovió y decidió permitir que Niulang y Zhinu se reunieran una noche al a?o la séptima noche del séptimo mes.
Así es como surgió la festividad de Qixi, del cual existen vestigios a partir de la dinastía Han (206 AC-220DC).
Tradicionalmente esta noche la gente mira al cielo en búsqueda de la estrella más brillante de la constelación de Aquila y la estrella Vega, identificadas con Niulang y Zhinu. Ambas estrellas brillan en extremos opuestos de la Vía Láctea.
Con su romántico y legendario origen, el Qixi, hoy día es considerado como día de los enamorados tradicional de China. Los enamorados de todo el país celebran esta fiesta con todo tipo de actividades para expresar su amor.
(25/07/2006, CIIC-Agencia de Xinhua)